¿Qué hacer cuando mi hijo no me trata bien?
Afortunadamente, hoy día se está instalando la idea de que el castigo con violencia de cualquier tipo no es una vía educativa válida. No lo es porque no aporta resultados positivos en la crianza y porque pone en juego los valores que adquieren nuestros hijos. Por eso cada vez tenemos más información de cómo poner límites a nuestros hijos de forma más respetuosa y eficaz. Puede leer nuestro artículo sobre “Cómo poner límites a mis hijos? La importancia de poner límites de forma respetuosa”.
Sin embargo, hay situaciones en que son los hijos quienes ejercen situaciones de violencia hacia padres. Vuelcan la rabia contra los padres, y este hecho puede manifestarse desde una expresión mal gestionada de la rabia y la ira; a formas más graves de violencia filioparental. En nuestra consulta de psicólogas en Barcelona, ofrecemos terapia de crianza, terapia de adultos y terapia de adolescentes para afrontar estas situaciones.
Los tipos de violencia pueden ser diversas: violencia física, como psicológica -intimidar y humillar por medio de violencia verbal-, emocional -mentiras, chantajes para manipular-, o económica. En este artículo queremos exponer lo que los estudios dicen sobre las situaciones graves de expresión de esta rabia a través de la violencia, pero es importante conocer estas situaciones para evitar que la rabia acabe instalándose en casa y se transforme en una forma de relación conflictiva.
Uno de los problemas es que estas situaciones suelen quedar invisibles, ya menudo se explica por la dificultad de padres y madres de sacar a relucir este problema que viven en casa. ¿Por qué mantener esa situación en secreto?
- Por miedo a los propios hijos
- Por el sentimiento de culpa: “soy un mal padre o mala madre”
- Por lo que dirá el entorno
En la adolescencia, el comportamiento violento puede explicarse en parte por una serie de señales ya visibles durante la infancia, y que pueden ser:
- Dificultad para expresar empatía, compasión o amor
- Dificultad al expresar sentimientos de culpa
- El niño no aprende de sus errores ni responde a los límites de los adultos
- El niño utiliza con mucha frecuencia la mentira y la amenaza hacia los demás
También hay una serie de características que presentan a los adolescentes que desarrollan un problema de abuso sobre sus padres y madres
- La impulsividad al responder a provocaciones que pueden ser incluso malinterpretaciones
- La irritabilidad, con dificultad para controlar la ira
- La frustración ante situaciones en las que no consiguen lo que quieren, no admiten el “no” por respuesta
- Dificultad al sentir empatía por otros
- Transmiten una imagen de fuertes/as para facilitar el control sobre otros
- En ocasiones pueden darse actos vandálicos, con el objetivo de romper las normas establecidas
- A veces pueden consumir sustancias desde temprano
El cambio en el comportamiento de estos adolescentes es posible siempre que haya voluntad del propio joven para afrontar una terapia que le ayude a sanar su relación con los padres y consigo mismo; y también haya un entorno que pueda dar respuesta al acompañamiento de este proceso de cambio.
- En caso de que sea padre o madre quien inicie la demanda de ayuda por terapia, es importante que pueda estar acompañado por un profesional. Es importante recoger el malestar psicoemocional de lo que estás viviendo, revisar las cosas que no se han hecho bien en la educación de los hijos para mejorar a partir de ahora, así como buscar estrategias para conseguir la voluntad de tu hijo para dejar ayudarse
- Fomentar estrategias educativas más adecuadas por padres y madres, evitando los estilos excesivamente permisivos, aprendiendo a establecer límites y normas, y fomentando conductas que puedan ser una referencia positiva para el adolescente. Hay que ser conscientes de que el entorno del adolescente será el agente de integración social
- En caso de que el adolescente sea quien pida ayuda por terapia de adolescencia, es esencial que trabaje para enderezar sus relaciones, tanto con los demás como consigo mismo, así como mejorar sus condiciones vitales (volver a los estudios, construir un proyecto profesional, etc)
El cambio es posible con terapia. No someterse a vivir en un entorno de violencia y emociones que bloquean el bienestar en la vida es esencial para iniciar el camino hacia una vida serena y donde puedan darse hechos vital positivos.